Eterno Encanto; Eterna Crueldad

By Zoe Parra

La belleza de los paisajes resplandecía en su mirada. Se levantó ese día con una gran sensación de optimismo y gratitud. Cuatro mundos dentro de un solo país tan pequeño: desde la altitud de los nevados más cercanos al sol, hasta las profundidades del océano en donde surgieron las islas volcánicas… los cielos más azules, los atardeceres más rosados, todas las constelaciones. Tan únicos eran los paisajes de aquel lugar, así como tan rota su sociedad. Su inexplicable sentimiento de prosperidad empezaba a opacarse conforme recordaba a su hermano, quien había desaparecido hace ya tres días. Tan solo diez años de vida en este supuesto bonito mundo y ya conoció el profundo desamparo al que están sometidos los países más espléndidos. Su última conversación no merecía ser la última. Si tan solo hubiera sabido que jamás volvería a verlo tras su segundo día en su nueva escuela. Si tan solo hubiera sabido que jamás volvería a oír su inocente risa, o a apreciar sus pequeños, brillantes ojos de tonalidad de una noche oscura y despejada. ¿Qué había hecho él para merecer tal destino? 

—Maldito destino—pensaba—, tu nombre es demasiado noble para las desgarradoras verdades que se ocultan en ti.

Salió de su habitación iluminada por un intrépido rayo de sol que nacía del horizonte montañoso a lo lejos, donde quizás su hermano intentaba mantenerse con vida. Vio a su madre, quien estaba perdida en su vacío corazón, con su mirada en la nada. Sus ojos ya no eran color chocolate; ahora estaban sometidos a un grisáceo filtro que le impedía apreciar los colores deshechos de la vida. Comenzó lentamente y con un suspiro cortante su nueva rutina: difundir el póster de desaparición, intentar por milésima vez hablar con la policía, intentar mantener alguna mínima porción de esperanza en la existencia misma, salir a buscar a su hermano por las muchas calles de la ciudad (la ridículamente grande ciudad), juntar piezas de evidencias y posibilidades del paradero de su querido hermano. Su madre se debilitaba cada día más, comenzaba a perder el interés de mantenerse firme. Ella, que siempre había sido una luz en medio de la oscuridad para su hijo; ella, que siempre buscaba la claridad; ella, que jamás se daba por vencida… ella, que comenzaba a perder su fulgor.

Cuatro noches y medio día después, policías llegaron a su casa con noticias. Noticias que podían o destruir al fin su alma, o milagrosamente unir los pedazos maltratados de su corazón.

Dos en punto de la tarde su escuela abrio las puertas para dejar al futuro del país libres de lo que parece una prision. el hermano estuvo esperando por alrededor de dos minutos despues de que la calle quedara desolada a que llegara su papá. de repente el carro se paró frente a él mientras sin arrepentirnos y sin dudarlo jalamos de su ropa con una mano y le agarramos por el cuello con la otra y forzosamente lo arrojamos al interior del auto todo paso tan rapido que el hermano no tuvo la capacidad de reaccionar por mera construcción biologica humana. Solo pudo gritar y gritar pero nadie supo ser tan valiente para someterse al peligro de la sociedad por sí mismos la puerta se cerro y desaparecio de la vista de todo su mundo. Intentaba hablar pero no sabia si seria buena idea queria romper el vidrio pero no sabia si tenian armas queria sacar su furia y atacarlos sin piedad pero sabia que jamas seria capaz de eso. el carro se detuvo toscamente y su miedo crecio en un instante estaba terroizado y su mirada estaba quebrada perdida infinitamente rota no sabia lo que le esperaba pero cómo podia haberselo imaginado? era solamente un niño cómo iba a saber que lo golpeariamos, que lo amenazariamos, que le gritariamos e insultariamos con tanto placer sin haber él hecho nada. Nuestra satisfaccion fue tan grande, nuestro placer toda nuestra ira y coraje se iba desvaneciendo pero era tal la magnitud que tardaba en hacerlo por completo que nos dolia el corazon de piedra y nos pesaba nuestra consciencia porque sabiamos que eso estaba mal sabiamos que no teniamos el derecho ni la autoridad para hacerlo pero el mal crece en las personas mas vulnerables y sin embargo poderosas con un trabajo estable que “busca hacer justicia” que en realidad con tanta corrupcion no es posible ni siquiera era nuestra culpa no podiamos sentir culpa nuestra dignidad estaba por el suelo la sangre resbalaba por la calle junto a nuestras lagrimas secas que a las personas fuertes como nosotros no se les permite tener los llantos resonaban en nuestra cabeza como barras de aliento para continuar nuestra tan tetrica y macabra cobarde idea de desquitarnos con la dura vida dentro de una nacion de la que nadie quiere ser parte. tanto dolor enterrado en nuestro interior no nos permitia ver con claridad nuestra insensibilidad no nos dejaba frenar… nuestras manos comenzaron a doler y nuestra cara a arder y vimos al hermano y nuestro corazon entonces se encogio por completo quedo un agujero, uno tan grande de culpa y remordimiento de decepción y repugnancia habiamos causado la muerte de otro niño mas, seguiamos sintiendo indiferencia y desinteres por vivir y aun asi necesitabamos ir por mas. se convirtio en un ciclo vicioso que cada vez nos pesa mas que cada vez nos debilita mas pero que cada vez nos hace mas poderosos mas fuertes y nos abre beneficios a una vida decente en plena indecencia

—No hay evidencia de lo que pasó, pero el cadáver de su niño ha sido encontrado en las afueras de la ciudad.

En las afueras de la ciudad donde tantas verdades son escondidas por poderosos privilegios, donde la incertidumbre se hace más grande, donde los misterios de la perversidad jamás saldrán a la luz. Tantos insensatos actos cubiertos por falsa nobleza construida por un mundo quebrado desde que su oportunidad de existir se dio.

Aquellos paisajes que ella había visto por la ventana cinco mañanas antes se derrumbaron en pedazos. Aquella ilusión de encontrar la verdad en algún lugar de lo desconocido, entre el fuerte oleaje del mar distante, entre las diversas criaturas junto al río Amazonas, o incluso entre los árboles que aún seguían en pie tras ser ilícitamente inadvertidos por el ficticio cuento del llamado progreso… lejos de poder volver a recomponerse, de poder sanar sus profundas heridas inculcadas en su sano ser, el sentimiento de impotencia se hacía cada vez más intenso. Desde entonces ya no pudo levantar su mirada hacia su querido país lleno de traición. 

—¿Cómo puedo soportar ser parte de un lugar tan hermoso y sin embargo tan corrompido?—su voz se quebró con su última gota de fortaleza—Nuestra historia dice que el infierno es para todo mal… ¿por qué, entonces, la inocencia debe coexistir con él, incluso antes de la muerte?

Los brillantes cielos con el sol en el apogeo se nublaron. La cotidianidad se sometió a una lóbrega realidad. Desde ese momento, las dulces melodías de los ancestros, la variedad de formas de vida dispersas a lo largo de los horizontes, la insólita línea imaginaria que los acercaba al calor acogedor de una estrella ordinaria; se sumergieron en una profunda y escéptica desesperación imperceptible para las afueras de aquella burbuja cuyo encanto quedó cubierto por eterna crueldad, y cuya crueldad era cubierta por su eterno encanto.

By Zoe Parra